viernes, 4 de abril de 2008

La crisis del gas



















Ni le cuento lo que me costó levantarme hoy... molido por la pichanga de ayer, además.
Aahh, no oiga si la única pichanga buena es la que viene con queso en cuadritos, jamón, y pickles.
Pero sin zanahoria ni coliflor. Y con los pepinillos que crujen, no blandos.
Ah, sí, tienen que crujir. Y cebollitas perla.
Claro.
Ahora, esas innovadoras que vienen con queso de cabeza... ésas si que no.
Nono, descartadas.
Ni ésas que tienen ají del rojo, en pasta.
Pfff. Oiga, si cada pichanga que uno se encuentra.
Ni me diga, hay algunas que pareciera que tienen vida.
Y otras que la adquieren una vez ingeridas... ésas son las peores.
Es verdad... hay algunas bastante... representativas. Se repiten y se repiten.
Educadas... saludan y saludan.
Uuuf, ni me diga. Empanada, empanada, empanada.
Noo, esas empanadas con eco son lo peor.
Sí... a mí me encantan las empanadas, pero eso de estar comiendo cebolla desde el 1 de septiembre hasta el 1 de octubre... mucho.
Claaro, y si le suma el efecto de una Coca Cola...
¿El efecto "psssssss", dice usted?
El mismo... Medio camuflado eso sí, así como para que no se note.
Claro. El "psss" debe pasar inadvertido.
Ése que se desvía hacia arriba, y que uno reconoce porque levanta la chasquilla.
Juajuajuajuajua. Sí claro, por eso yo ya no uso chasquilla. Cada vergüenza que pasé.
Me imagino.
Alguna vez estuve cenando con amigos que consideraban que las flatulencias, por ser un proceso normal, no debían esconderse. Y estábamos comiendo legumbres. Ni le cuento.
Chuuu. Los amiguitos oiga.
A la cuarta cucharada ofrecí, educadamente, retirarme a comer a otro lugar.
JAJAJA.
Sí, claaaro, así no se puede. Y lo peor es que estaba con otro amigo que sabía que yo no soportaba eso, pero se aprovechó de la situación, armando un verdadero concierto a tres voces.
Oiga, ¿y dónde transcurrían los hechos?
En la ciudad de Valdivia. Al aire libre.
Ahhh, aire libre. Al menos.
Mire, eso no es disculpa.
Nono, lo digo por su nariz, no por disculpar a los involucrados.
Ah, claro. El asunto es que ante mi reacción, decidieron disimular y pasamos el resto de la comida a punta de "pssssss".
“Rebote", que le llaman. ¿No ve que va como con encogimiento de hombros y leve salto?
Tiene razóooon.
¿Ha visto cuando el rebote se da mientras está hablando, y es como si le pusieran "mute"?
Juajuajuajuajua, síiiiiiiiiiii. Yo me reconozco bastante asquienta así que yo creo que esos episodios los borro de mi subconsciente.
Mire, yo tenía un profesor en la universidad seco para el rebote... la mitad de la clase era sin audio
Oooooh.
La entretención era contar los rebotes.
Ah... ¿y tenía un ranking? ¿O le hicieron al menos un gráfico de barras?
Mire, llevábamos estadísticas, y claramente las clases de la tarde, después de almuerzo, eran su punto alto.
Me imagino.
Hay otra versión mejor: el que se va a mute y abre los ojos bien abiertos, como que el gas le fuera a salir por los mismos.
Esa versión sí la he visto.
Es como una vía de escape... Mi pregunta es: ¿se les dilatarán otras partes del cuerpo?
¿Algo así como una implosión?
No, digo... si con el rebote se les abren desmesuradamente los ojos, ¿será lo único? Lo encuentro francamente perturbador.
Oiga, no quiero ni imaginármelo. La gente con "tendencia a" debería andar con Pancreoflat, o algo así
Claro, es lo mínimo.

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